Seguro que todos nos hemos preguntado cómo es posible que en algunos restaurantes pidas un risotto y en 2 minutos lo tengas en la mesa, cuando en casa no tardamos menos de 15 minutos en hacerlo.
Ya sabemos que si lo recalentamos en el microondas resulta pastoso e incomible, de modo que tiene que haber algún secreto.
¿Quieres saber cómo hacerlo? Poder irte a la playa o a la piscina y a la vuelta prepararlo en un momento. O tener invitados y poder hacer mil cosas antes de que lleguen y luego servirlo recién hecho…. No es mal plan ¿Eh?
Te voy a explicar un truco para lo dejes preparado previamente y que el día que te lo vayas a comer lo dejes listo en 2 minutos.
Cómo ejemplo veremos el proceso de un risotto de verduras.
Rehogamos las verduras 5 minutos: pimiento rojo, cebolla, ajo, calabacín y berenjena, después le hemos añadido pimentón, un poco de tomate y azafrán y le hemos dado una vuelta.
A continuación añadimos el arroz, que para el risotto debe ser de tipo arbóreo. Se trata de un arroz que suelta mucho almidón al cocinar y que ayuda a obtener ese punto meloso y cremoso. Tiene la peculiaridad de que al cogerlo el almidón te deja las manos blancas.
Cuándo ya henos rehogado el arroz y las verduras durante un minuto, echamos un poco de caldo.
A diferencia de la paella, en la que el caldo se echa de una vez y no se mueve, el caldo del risotto se echa poco a poco y se remueve con una cuchara de madera para que no se rompa el grano, pero suelte el almidón. Echamos un poco y removemos, cuando vemos que ha absorbido todo volvemos a echar y así más o menos 3 veces.
Guarda algo de caldo para usarlo posteriormente.
Si el arroz para risotto tarda unos 15 minutos en estar en su punto, debemos calcular la cantidad de caldo de manera que en el minuto 11 quede solo un poco y nos deje moverlo hasta el minuto 13 (te aconsejo que lleves el cálculo con un reloj). En este momento el arroz debe estar completamente seco y cortamos completamente la cocción.
Hecho esto, extiendes el arroz en una fuente plana y alargada para poder distribuirlo bien y que no quede apelmazado. De esta manera se enfriará y parará la cocción. Si os fijáis en la foto veréis que el grano esta aun un poco duro, pero aún no tiene el toque cremoso.
Déjalo enfriar 10 minutos y luego tápalo con papel film y a la nevera.
A día siguiente o a los dos días (no debes dejarlo más cuatro días, como cualquier alimento) vuelves a poner el arroz a calentar y agregas el caldo que dejaste reservado, (recuerda calentar el caldo antes de echarlo al arroz), lo mueves y lo cueces dos minutos. Añades el queso y ya lo tienes listo: Risotto en dos minutos.
Este truco vale para cualquier tipo de risotto o también arroz caldoso, aunque en este segundo caso agregamos más cantidad de caldo.
Si tienes máquina de vacio lo puedes meter en bolsa de vacío y de esa manera tendrás risotto en cualquier momento, aunque hayan pasado meses.
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